¡ Hola hola lectores, estad atentos porque os hablaremos de un tema muy interesante!
Las políticas sanitarias de la última década, marcadas por una constante caída de la financiación pública de la sanidad y el avance de modelos privatizadores han debilitado notablemente la capacidad de resistencia de nuestro sistema sanitario. Así, España cuenta en la actualidad con uno de los gastos sanitarios más bajos por habitante de la zona euro, lo cual se ha traducido en una importante merma de recursos de la red sanitaria pública.
La crisis desatada por el COVID-19 ha puesto al descubierto las costuras de nuestro sistema sanitario. Si bien es cierto que la pandemia actual constituye un escenario sin precedentes ante el que ningún país del mundo ha demostrado estar preparado, la limitada capacidad de respuesta que ha tenido el Sistema Nacional de Salud español, llegando al colapso en determinadas comunidades autónomas, no es consecuencia únicamente de la excepcionalidad.
Existen alternativas para hacer frente a la crisis y a su repercusión sobre la situación de salud, y para reorientar la estrategia de la globalización hacia la solución de los problemas y necesidades de la población mundial. Para ello es necesario:
La alternativa necesaria, las tres S:
- Solidaridad por encima del mercado. Solidaridad nacional e internacional.
- Modelo Sostenible, con austeridad, protección de la naturaleza, pleno empleo con decrecimiento.
- Soberanía popular. Democracia participativa a todos los niveles. Soberanía y legalidad internacional.
Para conseguirlo debemos de avanzar en otra estrategia, que se base en:
· Incrementar significativamente, y de forma equitativa y cohesionada, la financiación sanitaria, garantizando una financiación de la Sanidad Pública por habitante y año, como mínimo en el promedio de la UE.
· Reforzar la Atención Primaria de Salud y Comunitaria como pilar esencial de nuestro Sistema Nacional de Salud, considerándolo el eje de un sistema sanitario público de calidad y accesible.
· Reforzar la red hospitalaria pública: aumento de infraestructuras hospitalarias, de los recursos humanos, y de las camas disponibles.
· Potenciar la Salud Pública mejorando su capacidad de respuesta ante futuras pandemias, pero también reforzando su papel preventivo desde una perspectiva de determinantes sociales de la salud.
· Potenciar una mejor coordinación entre los servicios sanitarios y sociales.
· Asegurar el acceso universal a todos los recursos y servicios socio-sanitarios de todas las personas que viven de forma permanente en nuestro país, independientemente de su situación administrativa.
· Asegurar la coordinación, articulación y cooperación de todos los efectivos y recursos: funcionando en red y asignando tareas a los distintos centros según capacidad y experiencia acumulada.
· Fortalecer una I+D pública e independiente en salud, asegurando el interés general e impulsar una política farmacéutica sostenible para garantizar el acceso universal a medicamentos y tecnologías sanitarias asequibles, eficaces, seguras y de calidad.
· Creación de un fondo de reservas estratégicas de material sanitario.
· Medidas laborales para garantizar la adecuada dotación de personal tanto de categorías sanitarias como de gestión y servicios, así como una mejora de sus condiciones laborales.
· Adopción de medidas legislativas de protección del SNS frente a la privatización y recuperación de la sanidad privatizada.
· Promover las reformas legales necesarias para universalizar la sanidad y blindar el Sistema Nacional de Salud como pilar básico del Estado Social con clara vocación redistributiva.
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